Aziza Brahim ‘Mi abuela me ha transmitido el gusto por la poesía y la música como estrategias pacíficas de defensa’
No es la primera vez que se escucha en la capital británica su fusión de sonidos africanos, árabes y blues. La artista saharaui Aziza Brahim volvió a los escenarios de Londres una vez más durante la semana pasada después de haber participado en otras iniciativas en la ciudad, incluyendo el London African Music Festival junto a su banda Gulili Mankoo en 2009. “Espero que haya más Sahara Live Week muy pronto”, confía Aziza. En sus conciertos, como el del 27 de abril, la causa que siempre nos trae no está reñida con la diversión. “Se puede bailar o se puede simplemente escuchar, pero siempre desde la reivindicación de la libertad para mi pueblo”.
Su voz es, sin duda, uno de los vehículos que transporta la esperanza en esta lucha por la autodeterminación. “Intento animarme, no desesperar, mantener la serenidad, y en este último disco hago un homenaje a Ljadra Mint Mabruk, mi abuela, la poeta a cuyos versos pongo música, la persona que me ha transmitido el gusto por la poesía y la música como estrategias pacíficas de defensa”.
La joven es consciente del papel de su música como altavoz del sufrimiento de su país, el Sáhara Occidental, ocupado desde hace más de treinta años y dividido por vallas y campos de minas, con gran parte de su población viviendo en campos de refugiados. “La gente no solo está más concienciada gracias a lo que yo puedo hacer. 2012 se recuerda como un año muy importante para la cultura de mi país, no sólo en el plano musical, también en el cinematográfico. Se estrenó el film Wilaya de Pedro Pérez Rosado, en el que participé haciendo la banda sonora y un pequeño papel. También el premiado documental Los hijos de las nubes, la última colonia de Álvaro Longoria y Javier Bardem.
El proyecto Sahara Live Week es otro grano de arena dentro de toda la causa saharaui, y a veces toda acción parece insuficiente cuando se trata de la lucha por la libertad, por la identidad. “Llevan a cabo un interesante proyecto para formar músicos en los campamentos de refugiados y también grabar con un estudio portátil, algo que no se había hecho antes y que para los saharauis es una manera de conservar y potenciar nuestra cultura musical”, afirma Aziza.
La joven, nacida hace 36 años en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia, dedica su canto a su diezmado y, a veces, olvidado pueblo. “La ocupación, el exilio, las condiciones de vida en los campamentos a merced de la ayuda internacional, el olvido o el ninguneo por parte de las altas instituciones nos obliga a resistir, a intentar sobrevivir, a decir que somos quién somos, por mucho que le pese a nuestros verdugos. Y en eso nos hemos convertido los saharauis, en un pueblo que resiste a todas esas inclemencias”.
Su abuela Ljadra está muy presente en su creaciones no solo por el vínculo familiar que las une.” Es una poeta y luchadora que intentaba animar a sus compatriotas a través del entusiasmo que pone en la composición de sus versos y en el desarrollo de sus recitales. He querido reivindicarla como un referente crucial para la cultura de mi pueblo”.
A pesar de la fuerza y entusiasmo que emanan de ella, se retiró de la música hace unos años debido al estrés.” La voracidad del mercado y la presión que supone me decepcionaron bastante. Aproveché para dedicarme a mi familia. Pero después, la necesidad de canalizar mi creatividad, de ver realizados mis proyectos, me hicieron volver”.
Como nómada que se considera, asegura tener casa en todos los caminos, pero con su residencia en España asegura estar contenta. “La sociedad civil española es acogedora, hospitalaria y comprometida, todo lo contrario que sus gobiernos”.
Entrevista realizada por
,Isabel Rodrigues López de Haro para EL IBÉRICO, El periódico en español de Londres,Friday, 10 May 2013